ADVERTENCIA DE DESTRIPES Y DESMEMBRAMIENTOS
domingo, 30 de abril de 2023
Un día más...
Dedicado a [...], a las 2:07 de la madrugada del sábado noche del 7 de marzo de 2010.
viernes, 28 de abril de 2023
«POrque.doc» (sic)
martes, 25 de abril de 2023
lunes, 24 de abril de 2023
El recuerdo del olvido
sábado, 22 de abril de 2023
Levantarse sobre los hombros de los GIGANTES
miércoles, 19 de abril de 2023
Un sueño cinéfilo
lunes, 17 de abril de 2023
Síntomas
Te recomiendo encarecidamente que vayas primero a leer aquél para poder entender la burda imitación que es éste. Pero no es burla, sino inspiración. Un intento de trasladar en palabras un genuino sentimiento.
domingo, 16 de abril de 2023
Me siento feliz
—¡Tampoco hace falta ofender! Yo he preguntado intentando mostrar el máximo respeto… Pero si eres raro, eres raro.
—Te he dicho que te calles y escuches. No sé por qué me molesto en intentar explicarte lo que se siente.
—Pues porque soy la única persona que te lo ha preguntado. Si no fueras por ahí pregonando tu felicidad, no habrías despertado mi curiosidad. ¿Vas a contarme a qué te refieres o no?
—Está bien. Aunque eres algo zoquete, tienes razón. No puedo despreciar a quien se ha interesado por saber. Me siento feliz. Y para mí, la felicidad la provoca ella, mi Náusea. Porque estoy vivo por ella. Verás, tuve un sueño...
—¿Con las náuseas?
—¡No! Con ella, una mujer. Ella es «mi náusea», pero es una mujer. ¡Dios mío, dame paciencia! ¿Quieres escuchar mi sueño o no?
Silencio.
miércoles, 12 de abril de 2023
Saliendo de la guarida
La mayoría del sueño se pierde, primero al despertar, en el olvido tajante y tirano de reiniciar la vigilia. Luego, en el traspaso de los fragmentos del recuerdo (si los hay) al papel, en el esfuerzo mismo de su preservación. Las anotaciones escritas y aquellas que consigo organizar en la mente sirven para conservar los sueños de una manera imperfecta y delicada. Las letras me otorgan una visión general; las sensaciones y asociaciones indescriptibles se pueden quedar dentro, en algún punto ignoto de la memoria. Sin embargo, ninguna solución en la que puedan flotar los restos de una noche de visiones es estable (¿dónde está ese dispositivo para grabar sueños en el que estaban trabajando los científicos? ¿Vale la pena desnudarlos de su misterio desmemoriado?). Ni las palabras bastan, ni el recuerdo permanece fresco para siempre. Lo peor es que nunca sé en qué momento empieza a pudrirse o quebrarse la reminiscencia, y qué partes de ella mi cerebro quita y añade para otorgarme la ilusión de que, cuando desperté, el sueño todavía estaba allí.