Porque este blog empezó "en la guarida de las quimeras", porque la vida es sueño y los sueños sueños son, porque todo esto que se ve en la página no es más que un sueño de dos locos desbocados, porque Rómulo y Remo tuvieron que soñar primero con Roma (aunque Remo "despertó" antes), quisiera inaugurar la sección de cine con este fragmento de mis diarios en que relato una película soñada, o un sueño peliculizado, con todo el absurdo intacto y con la falta de final infalta:
Del martes 28 de febrero, 2023
Parte de un sueño muy bonito que recuerdo es que estaba viendo/participando en una película de Walter Hill sobre dos amigos que dejan su tranquilo pueblo natal para buscar algo más en un sitio lejano y exótico. Me sorprendía gratamente lo reposado de los planos y la narración (poco usual en Hill), lo hermoso de la fotografía (poco usual en Hill); la «cámara» apuntaba hacia la copa de un árbol tocado por la luz de un suave atardecer, mientras que el fondo lucía un poco nublado y se iba oscureciendo a la par de que el astro tiraba del cielo desde el otro lado, manteniendo toda esa "secuencia" (ese "ser y estar" en tercera persona tan particular de los sueños) en un ambiente de calma y nostalgia y belleza cotidiana que me arrobaba. El protagonista, primero Ben Affleck en 'The Town' (creo que una escena de esta película inspiró parte del escenario), luego una especie de joven Eddie Vedder, luego Nice Peter con cabellera larga, contemplaba por última vez su pueblo desde lo alto de la colina (Hill!) donde estaba el árbol, y un pequeño cementerio, antes de subirse al coche en que lo esperaba supongo que EpicLLOYD. Mientras el auto descendía, conducido por uno u otro o ninguno en particular, con el sol ahora desde otro ángulo, rodeándolos de un aura dorada, y yo viéndolos como si viajara en el asiento de pasajeros, Nice Peter le contaba a su amigo acerca del lugar al que iban, ¿San Luis, San Juan?, una isla donde, tan pronto como arribaran, tendrían que remontar un río para alcanzar la civilización.
¡Bravo! Los caballos desbocados ya no pararán hasta que caigan reventados de tanto correr, dejándolo todo por el camino, sin guardarse nada. He querido encontrarme en aquella colina, contemplar aquel escenario que describes, despedirme de su belleza y no mirar atrás. Y no miraré atrás…
ResponderEliminarSaludos.
Insane in the membrane, insane in the brain en la Colina del Ciprés!
Sabes leer el contenido de mis sueños. Sin dudas esos somos nosotros embarcados en un viaje sin retorno, hacia nuevas aventuras y nuevos horizontes prometiendo más a la distancia. Voyage voyage!
EliminarSaludotes.