Un poco más de síndrome de Diógenes digital.
Microrrelato presentado a un concurso en 2012 y que fue seleccionado para su publicación en una antología. No fue el ganador ni estuvo entre los finalistas. Pero algo es algo.
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Besé su cara con ternura. Algún día debía dejarle marchar, que recorriera solo su propio camino, su vida, aunque con ello se llevara un trocito de la mía. Ahora que se ha ido se ha llevado mi vida entera. Vi por última vez a mi hijo sobre aquella fría plancha de metal, en la morgue, donde mi corazón se congeló y el dolor hizo que se rompiera en mil perseidas.
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Pues enhorabuena (atrasada unas décadas) por la selección. Estoy seguro de que la única razón por la que no ganó fue porque destrozó al jurado por dentro. Demasiado triste para darle notoriedad, demasiado bueno para no incluirlo en la antología. Tu arte es destructor de mundos. ¿No es eso paradójico? Arte que destruye.
ResponderEliminarMuchas gracias. Como siempre tus palabras son muy amables y me tienen en muy alta estima, ¡más de la merecida, sin duda! Me recordaste al Manifiesto Futurista, recupero aquí algunos puntos:
ResponderEliminar3. Nuestra pintura y arte resalta el movimiento agresivo, el insomnio febril, la carrera, el salto mortal, la bofetada y el puñetazo.
7. No hay belleza sino en la lucha. Ninguna obra de arte sin carácter agresivo puede ser considerada una obra maestra. [...].
10. Queremos destruir y quemar los museos, las bibliotecas, las academias variadas [...].
¡La creación conlleva destrucción! ¡A destruir creando!