sábado, 13 de mayo de 2023

Un recuerdo de 'Dexter'

Recuerdo 'Dexter' con cariño porque la pasaban muy tarde en la TV y no podía verla por culpa del colegio. Afortunadamente, mi madre, quien al principio no quería ni saber de una serie tan sangrienta, se volvió fan poco después de su estreno, así que empezó a contarme los sucesos de cada episodio al día siguiente de su emisión, después de clases, y, gracias a su minucioso estilo de narrar, me enteré hasta de los pequeños detalles de la trama. Casi podría decirse que conocí la longitud de cada corte efectuado por el asesino serial, ¡en serio! ¿O en serie?  

Cuando lanzaron el final de temporada, convencí a mis padres de que me dejaran verlo, por tratarse de una ocasión especial, y esa noche entendí lo que estaba sucediendo perfectamente, como si hubiera seguido la temporada entera. Desde entonces, siento que en la sangre que nos une a mi madre y a mí va diluido un poco de la sangre de las víctimas de Dexter.

Dedicado a John Lithgow y Michael C. Hall. Al primero, porque me llevó a leer casi la mitad del Quijote después de verlo en 'Don Quixote' (y en 'Dexter' nos hizo cagarnos a todos). Al segundo, porque se casó con su hermana, venció al cáncer, se divorció de su hermana y apareció todo fresco, emperifollado y envillanado en 'Game Night'.

2 comentarios:

  1. Qué hermosa historia, cómo los lazos de sangre son aún más fuertes cuando hay sangre de otros de por medio. Ya puedo imaginarme al pequeño Cinefilocalista jugando con el papel film transparente de cocina y los cuchillos... O examinando las manchas de barro en las paredes después de jugar a la pelota en la calle, como si fuera la escena de un crimen... Bueno, bueno, creo que he dejado volar mucho mi imaginación...
    Yo también tengo cariño a la serie. Primero porque me gustó, aunque algunas temporadas fueron más flojas e irregulares que otras, pero en general es una de las series de mi vida, en el mismo sentido que la sección de películas del blog.
    Recuerdo que empezaron a emitirla por TV en abierto y le dieron buena publicidad. Y aunque la idea de un asesino en serie pudiera parecerme atractiva, en esos momentos yo no veía muchas series, sobre todo después de la decepción que sufriría tras la cancelación de «Rome». Pero debido a mi insomnio y al verano, empecé a ver capítulos sueltos en su reposición, es decir, capítulos repetidos en una franja horaria más tardía. Y al principio no sabía bien la trama, pero la idea general me pareció interesante, y resolver el caso del Asesino del Camión de Hielo me terminó por seducir de la misma manera que me había seducido Debra Morgan (Jennifer Carpenter).
    Finalmente me puse a la par con la serie unas temporadas más adelante. Mi novia de aquel entonces resultó ser una gran fan de «Dexter». ¿Quién no se sentiría atraída por el chico malo pero que actúa “bien”? Es casi el estereotipo por el que todas suspiran, aunque esta misma afirmación es un tópico... Ella la veía en VOSE y yo doblada, pues ya me había acostumbrado a sus voces en español castellano de su emisión por TV. Y cada vez que terminaba una temporada, la espera para la siguiente era un sin vivir por cada día que faltaba, pero lleno de esperanza por cada día que pasaba. Es esa sensación que tanto me gusta y echo de menos, la que experimentamos aquellos que tenemos la fortuna de coincidir en el tiempo con grandes estrenos. Imagino que la tuvieron aquellos que a finales de los 70 y principios de los 80 vieron Star Wars. Yo lo viví con The Lord of The Rings y Harry Potter, otros con Juego de Tronos, etc. De ahí la importancia que siempre le doy y te he transmitido tantas veces de vivir lo contemporáneo, lo coetáneo.
    Mención especial a John Lithgow, ¿el mejor villano de todos?, al que conocía de niño por las series «3rd Rock from the Sun» y «Harry and the Hendersons». Y aunque nunca fui de recordar nombres, si lo soy de recordar caras, “éste salía en tal, y aquel otro en cual”.
    Aún no vi la última temporada de «Dexter», la moderna, por así decirlo. Quizá vuelva a revivir la historia de nuestro asesino favorito y concluya finalmente su viaje para que pueda descansar. Lo que pasa es que los recuerdos que me traerían serían, me temo, demasiado dolorosos. Quizá entonces lo mejor sea dejarlo tranquilo, pensando que Dexter aún se encuentra adentrándose en la tormenta con su barco, en la tormenta de mi memoria.

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    1. Has dejado volar mucho tu imaginación, pues para entonces yo había dejado de jugar en la calle (y con cuchillos), pero me gustan tus ideas.
      Nuestras historias de fascinación por 'Dexter' coinciden en muchos puntos (incluyendo a la Carpenter, por quien siempre me sentí extraña e incompletamente atraído, como si a veces sí y a veces no).
      Es hermosa tu última reflexión poética sobre el final (o casi final) de Dexter, pero como dices, es importante vivir lo contemporáneo también, así que yo recomendaría ver lo nuevo de la serie, que tengo entendido es una miniserie en sí, y poder añadir otra capa a nuestro preciado recuerdo de este psimpático psicópata cereal killer.

      Un saludo.

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